¡Vaya racha que llevan! Después de lo de Urdangarín, el tiro en el pie de Froilán Marichalar, y ahora la caída de Juan Carlos durante una cacería de elefantes en Bostuana.
¡Qué regalo para los antijuancarlistas! Como sabemos, los fachas son contrarios a este rey que se ha llevado siempre tan bien con Felipe González y últimamente con Zapatero y que no acababa de congeniar con Aznar, ni ahora con Rajoy. Se trata, dicen, de un rey sociata.
Uno de los temas queridos para la derecha es el del cortesanismo de estilo antiguo. Les gusta la monarquía porque es tradición. Pero una monarquía de derechas, se entiende, al estilo de la de Alfonso XIII, que suponga un pilar, uno más, de su permanencia en el poder y la base de sus redes de clientelas sociales y corruptelas políticas.
Pero Juan Carlos no es ese rey que deseaban. Para él estuvo claro siempre que el fundamento de nuestro sistema democrático es la alternancia en el poder. Por lo tanto, también los socialistas, que representan a la mitad del electorado, tienen acceso, por medio de los votos, al gobierno.
Esto para la derecha es incomprensible. Que el rey crea que los sociatas tienen derecho al poder de vez en cuando no les cabe en la cabeza. El poder es para la derecha. El poder es su patrimonio natural. El poder no se comparte. Y los socialistas, en la oposición, que debe ser su lugar natural y permanente.
La derecha nunca ha visto con buenos ojos a Juan Carlos. Se trata de un rey desagradecido, pues fue puesto en el trono por el dictador. Debería serles proclive por eso, ser un rey para ellos, ser SU rey.
Pero Juan Carlos, la noche del 23 de febrero de 1981, renegó de sus orígenes, no consintió en formar parte del golpe de Armada-Milans-Tejero y restableció el orden democrático posibilitando, además, el acceso al poder de Felipe González en las siguientes elecciones, hecho que consolidó la democracia.
Por eso, desde entonces, pretenden una república.
Porque resulta que la derecha española, que nunca ha tenido más dios, más ley, ni más rey que el del dinero, el poder y el privilegio sobre la otra España, la de los trabajadores, ahora es republicana. Aspiran a una república a su medida, presidencialista al estilo de Francia o Estados Unidos, bipartidista, es decir, ellos en el poder y los socialistas -ya que no hay otros más asimilados a ellos, como en Inglaterra los laboristas- en la oposición. Por eso quieren una república. Una república suya. Nada que ver con LA República.
Así que cuidado con las coincidencias. El rey merece las críticas que está recibiendo en estos días. Y su familia. Pero nada más. Mientras haya juancarlismo habrá democracia. Luego... DIOS DIRÁ.
domingo, 15 de abril de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Que difícil!!! Ciertos son los méritos del Rey, no se pueden negar, pero tampoco que quizás sea un exceso estar cazando en Botswana.
ResponderEliminarEsta mañana he oído a un comentarista de la SER, republicano, decir que si no ha llegado el momento de plantear lo que no se planteo en la transición y dar el paso desde la Monarquía Parlamentaria a la República. LA República no volverá, pero ¿y si mejoramos? El corazón lo dicta claro, pero la razón es temerosa, y más aun con una mayoría absoluta de un partido de extrema derecha en el Parlamento... QUE DIFÍCIL!!!!
Por cierto, el comentarista era Antón Losada.
ResponderEliminar"Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir"
ResponderEliminarEl Rey le da una nueva lección a la orda de la derecha.