30 años para esto. La primera redacción de Retrato se acabó, a mano, con pluma Parker y tinta Pelikan verde, en 1981.
En 1981 fue el golpe de Tejero, último capítulo de aquella guerra interminable (dice Almudena Grandes) que fue y es la Guerra Civil. Actualmente vivimos su epílogo. O uno de sus epílogos. O varios.
Si entonces Retrato era contemporáneo, estaba en sincronía con el momento, no lo está menos ahora, con la crisis y una de sus consecuencias, el repunte de los fascismos en Francia, Grecia, Noruega, Holanda… Quién sabe si pronto en Alemania.
Retrato tuvo que sufrir una profunda transformación a lo largo de los años.Maduró y se curtió conmigo. Se hizo y rehízo varias veces. Y cada vez surgía un personaje nuevo (el bandolero cojo, el soldado republicano Camarassa, el falangista Bernabeu...). O uno de los ya conocidos adquiría otra dimensión (Tomás, republicano conservador; Pedro, de anarquista a falangista; Dolores joven…). Y surgían nuevas historias, nuevos lances. O los conocidos se complicaban, se ramificaban. O se contradecían.
Así, Retrato convivió con nosotros, con nuestros hijos, desde siempre. Era ese tema pendiente, ese asunto del que no se habla, pero que está presente. Viajó, creció, sufrió desperfectos y reparaciones con nosotros, como otro miembro más de la familia.
Y finalmente, 30 años después, ahí la tenéis, en el escaparate de la Picasso:
Menuda noticia: tu libro expuesto en la mayor cadena librera de Andalucia oriental!!!!!!
ResponderEliminarENHORABUENA!!!!!!!!!!!!!!